Sean todos nuestros hermanos y hermanas bienvenidos.
Transformados por medio de la renovación de nuestro entendimiento
“Así que hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” Romanos 12:1-2
Amados hermanos, hoy vamos a hablar, basados en este pasaje de Romanos 12: 1 y 2, de algo muy importante y valioso para el crecimiento de la vida spiritual de quienes hemos creído. Comenzamos con el verso 1, donde vemos que el apóstol Pablo dice: “Os ruego hermanos” ¿Porque el apóstol Pablo ruega a los hermanos y no les da una orden? Porque esto depende de la disposición de cada uno de los que hemos creído, en nuestra actitud hacia Dios. Nadie nos puede obligar a hacerlo si no queremos, es por eso que hay multitud de creyentes que ni piensan en esto. El apóstol dice: “Os ruego por las misericordias de Dios”
Es decir, que debemos aprovechar que Dios en su amor y en su misericordia nos ha redimido y nos ha hecho participes de toda bendición espiritual en Cristo Jesús. “…Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo…” Efesios 1:3
Él dice: “… que presentemos nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo agradable a Dios”
Esto es como como ofrecer una ofrenda a Dios, en la cual debemos entregar todas las cosas que a la carne apetece y que el Diablo, a través del mundo le ofrece; como un sacrificio, para que así, guiados por su Espíritu, ofrezcamos a El todo lo que le agrada, que como Pablo dice: “es nuestro culto espiritual”. El apóstol continúa diciendo: “no os conforméis a este siglo”
Hermanos Amados, esto es algo que debemos entender, no debemos conformarnos a todas las cosas que tenemos o recibimos y que pertenecen a este mundo. Lo que Dios nos ha dado en Cristo viene del cielo, tiene que ver con su vida y es eterno. Si buscamos el perfeccionamiento de todas las cosas que hemos recibido nunca llegaremos a su final, pues no tiene límite y excede a todo conocimiento.
Sin embargo, podemos ver como multitudes de cristianos andan en busca de bendiciones materiales y hasta algunos tratan de imitar la forma de vida que tienen aquellos que no conocen a Dios en este mundo. Pero nosotros, debemos estar atentos para no perder nada de aquello que Dios, en su gran amor, nos ha dado. Por eso, el apóstol no dice que no nos conformemos con lo que tenemos en este mundo. Dios nos ha elevado y nos hizo sentar con Cristo en los lugares celestiales. “…Y juntamente con él nos resucitó, y así mismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús…” Efesios 2:6
Así que, estamos por encima de todo lo que este mundo es. Nuestras riquezas se irán con nosotros cuando partamos de esta tierra, pues son espirituales y en gloria, en Cristo Jesús. El apóstol Pablo dice, que los siglos se acabarán; que nosotros, en los planes de Dios ya hemos alcanzado su final y que entraremos en la eternidad donde el tiempo ya no será más.
“…Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.” 1º Corintios 10:11
“…y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más …”
Apocalipsis 10:6
Ahora, el apóstol Pablo, nos enseña cómo podemos desprendernos de todas estas cosas terrenales y ser transformados en un nuevo hombre. También dice, que esa transformación se lleva a cabo por medio de la renovación de nuestro entendimiento. Esta palabra “renovación” en este verso 2 del capítulo 12 de Romanos, tiene este significado: ‘El ajuste de la visión moral y espiritual y del pensamiento a la mente de Dios, que tiene como propósito llevar a cabo un efecto transformador sobre la vida’.
¿Como transformamos nuestro entendimiento? En esto debemos estar muy atentos y no dejar que nada ni nadie nos engañe, teniendo nosotros como base la palabra de Dios que nos asegura que podemos hacerlo. Nuestro entendimiento se renueva por el conocimiento que Dios nos trae, por medio de su palabra y a la luz de su Espíritu Santo, de todo el bien que Él dice que debemos practicar. Un ejemplo: la palabra de Dios dice: “…No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos…” Gálatas 6:9
Por la información que la palabra nos da, vemos que el bien debemos hacerlo de continuo. La práctica de esto nos llevará a comprobar que lo que Dios nos manda a hacer produce, en nosotros, algo que antes no habíamos experimentado; así se va produciendo la transformación del hombre carnal a un hombre espiritual. Nosotros debemos buscar, hasta lograrlo, tener la información de todo el bien que está en nosotros por Cristo Jesús, como Pablo le dice a Filemón en el verso 6: “…para que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros por Cristo Jesús…” Filemón 1:6 Otro ejemplo que da la Biblia nos enseña que: “Mas bienaventurado es dar que recibir” Hechos 20:35
Para el hombre natural siempre es mejor recibir que dar. Si creemos que lo que la palabra de Dios dice, debemos dejar no solamente que por esto se renueve nuestro entendimiento, sino saber que en el hombre espiritual seríamos más felices dando que recibiendo. Al recibir esta información de la palabra de Dios, el entendimiento se renueva hacia algo que no conocía; al practicarlo se tiene la experiencia de la satisfacción que esto produce y así se va llevando a cabo la transformación por medio de la renovación de nuestro entendimiento.
Ahora, si miramos hacia la iglesia de estos días, vemos que los creyentes no pueden creer que han muerto y nacido de nuevo, y que al confesar y creer que son pecadores no pueden practicar estas cosas, las cuales estamos hablando, ya que al considerar que no son santos están buscando la forma y la manera de cómo dejar de ser pecadores. Sin embargo, las cartas del apóstol Pablo, son para la Iglesia, que es el cuerpo de Jesucristo, a éste lo forman todos los que por la fe murieron con Cristo en la cruz y resucitaron para una nueva vida.
“… Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva”. Romanos 6:2-4
Ahora, el apóstol Pablo nos dice, que si nosotros llevamos a cabo esta transformación vamos a comprobar algo de tanto valor que mente de hombre alguno no puede imaginar, y que todo creyente debería lograr, lo cual es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Miles de cristianos no tienen ni idea de lo que significa el conocimiento de la voluntad de Dios. Sin embargo, el apóstol Pablo, escribiendo a los Colosenses, pedía en oración que ellos alcanzaran este conocimiento. “Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual” Colosenses 1:9
En este caso, la voluntad de Dios significa un consejo lleno de gracia. Es decir, que El en su voluntad nos da como consejo lo que a través de su palabra nos enseña de la forma y manera en que debemos vivir mientras estemos en este mundo y en su consejo. Su gracia, es más que suficiente para que lo logren todos aquellos que lo desean. El apóstol Pablo dice, que, si practicamos todo lo que a través de las enseñanzas se nos revela, con respecto a las buenas obras, las cuales debemos hacer y que Dios ha preparado de antemano para que anduviésemos en ellas. “… Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas …” Efesios 2:10
Vamos a comprobar que la voluntad del Señor no solamente es buena, sino que es agradable y perfecta. Es decir, que a través de la práctica de los consejos de Dios y que, por la fe, creemos que esto es así, comprobaremos que lo que produce en nosotros es agradable; es decir, que trae contentamiento al descubrir que podemos hacerlo y también, trae gozo y paz a nuestras vidas, porque esta voluntad de Dios no solamente es agradable, sino que no tiene falla. Así que, todos los que lo alcancen jamás tendrán que arrepentirse de haber llevado a cabo, por la renovación del entendimiento, esta transformación que nos hace ser semejantes a Cristo.
“Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.” Romanos 8:29
Esta es una estatura espiritual que los creyentes niegan que puedan alcanzar, sin embargo, aquí en este pasaje está bien claro, Dios nos conoció, predestinó y llamó para que seamos semejantes a su Hijo. Ahora bien, si no creemos lo que Dios dice en su Palabra, acerca de lo que ya ha hecho con nosotros en Cristo Jesús, y no le damos valor, al saber que somos libres de la esclavitud del mal que está en el hombre natural (el cual, según Dios, ha muerto) y que hemos resucitado con Cristo, no podemos llegar a comprobar lo que es esa vida. Sin embargo, Dios dice que nos ha dado la fe como un don.
“… Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios …” Efesios 2:8 Por medio de lo cual podemos llegar a creer todo lo que El habla acerca de nosotros. No debemos buscar dejar de hacer lo malo para luego hacer lo bueno, porque la enseñanza bíblica es que haciendo lo bueno, podemos vencer lo malo. (Romanos 12:21)
A causa de no creer en esto, se han introducido tantas doctrinas de error en el mundo cristiano; y los creyentes se dejan arrastrar por pensamientos y astucias humanas, que los falsos maestros introdujeron en la iglesia. Pero se acerca el tiempo en que Dios dará a conocer las verdades gloriosas de la obra de Cristo en la cruz, donde no solo compró la salvación para los que creen, sino que con ella también les ha dado su vida, para que desarrollándola sean semejantes a Él en su conducta, amor, pureza y santidad, como la manifestó cuando estaba en la tierra.
Cuando leemos, en la Palabra de Dios, que Él nos hizo participantes de su naturaleza divina; “… por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia …” 2 Pedro 1:4
Y que podemos alcanzar la imagen de su Hijo, deberíamos todos postrarnos delante de El en adoración y tendríamos que aprender a amarle con todas nuestras fuerzas y con todo nuestro corazón.
¿Quién podría hacer una cosa semejante con nosotros que una vez fuimos pecadores? En esto podemos ver la manifestación del amor de Dios hacia el hombre. Sin embargo, la iglesia canta cánticos de adoración y nunca aprendió a adorarle. La mayor adoración que se puede dar a Dios es creer todo lo que Él dice, lo cual multitudes de cristianos no hacen.
Ahora, para terminar, vemos que la renovación consiste en cambiar la forma de pensar en cuanto a la vida que tenemos; por eso dice, el ajuste moral y espiritual de los pensamientos a la mente de Dios, es decir, que la obediencia a las doctrinas de la Biblia, en cuanto a la forma de vida que Dios nos ha dado, nos tiene que llevar por el conocimiento a que nuestros pensamientos sean los pensamientos del Señor.
¡Renovación, transformación, que maravilloso es pensar que esto ha sido dado y preparado para nosotros; que podemos ser imitadores de Dios como hijos amados (Efesios 5:1) y que podemos vestirnos del hombre espiritual, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad (Efesios 4:24)!
Pero la mayoría de los creyentes, hoy viven como si el arrebatamiento no se fuera a producir, viven ignorando lo que la iglesia tiene que hacer antes de ser arrebatada. No puede Cristo llevar a su iglesia, si ésta no manifiesta que en la institución del matrimonio Dios no se equivocó, que los hombres pueden amarse los unos a otros en su Reino y que impulsados por ese amor pueden ayudarse, hasta lograr que en el pueblo del Señor no haya ningún necesitado.
“Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad”. Hechos 4:32-35
Deberá la iglesia, antes de partir de esta tierra, enseñar como fueron creadas todas las cosas que los hombres descubrieron y de las cuales hacen uso en este tiempo, por ejemplo: nueve números con un cero a la izquierda, Dios hace que sean infinitos. Así también, el átomo, la atmósfera, el dominio y la ley de gravedad, los hombres han descubierto que existen, pero saben que no lo crearon ellos.
Además, tiene que hacerse la gran cosecha y luego la cosecha final hasta que entre el ultimo gentil. Si la iglesia se fuera en este tiempo, los hombres que no conocen a Dios dirían que Él ha fracasado con el matrimonio y también en su intento de perfeccionar al hombre en su conducta. Pero nada de esto será así, sino que los que forman la verdadera Iglesia, los que conocen la gracia de Dios en verdad, no fracasarán en su gracia para hacer su voluntad, y así, a venir, ellos llevarán a cabo el cumplimiento del plan de Dios antes de que sean llevados al cielo.
Por eso es que hablamos de una transformación por medio de la renovación del entendimiento. Dios traerá en estos días finales, un conocimiento en cuanto a la vida y conducta del hombre a través de la Iglesia que antes nunca se habló. Porque serán alumbrados los ojos del entendimiento de todos los que crean que han muerto y nacido de Nuevo y que pueden alcanzar la imagen de Cristo.
La Iglesia antes de ser arrebatada será manifestada en toda su gloria, esplendor y majestad, ya que es el cuerpo de Cristo y Dios la ha exaltado hasta lo sumo. Es decir, que los que sean iluminados por el Espíritu Santo y se apoderen de todas estas riquezas en gloria que en Cristo Jesús tenemos, darán a conocer no solamente al mundo cristiano sino a los hombres de este mundo que en estos tiempos no tienen la menor idea de que sus vidas pueden cambiar, ya que la iglesia, al no vivir la nueva vida, queda ante los ojos de este mundo como una religión más.
Pero como dijimos: antes de ser arrebatada será exhibida, porque es la Esposa de Aquel que lo llena todo y en todo, que traspaso los cielos y está sentado por encima de todo principado y toda potestad. “… la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel que todo lo llena en todo”. Efesios 1:20-23
Así que, Hermanos Amados del Señor, debemos despertar del sueño en que vivimos y mirar hacia la gloria que nos está esperando cuando Cristo se manifieste. Y en el tiempo que queda, servir a Dios con propósito de corazón y con alegría, sabiendo que nuestro trabajo en El, no es en vano. “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”. 1 Corintios 15:58
Las doctrinas de prosperidad, de liberación y de cuantas otras cosas raras que se han introducido en la Iglesia, no pueden llevar al perfeccionamiento de esta vida de la cual hablamos. Pero por el conocimiento de la exaltación a la cual Dios, en Cristo, nos ha llevado por la fe, no solo podemos lograrlo sino también manifestarlo. Esto es lo que Dios espera de su Iglesia y Cristo es quien la está preparando, como un pueblo propio, celoso de buenas obras. “… quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras …” Tito 2:14
No se excluyan ustedes de esto, sino que sean quienes por la fe y la paciencia se apropian de todas las promesas: “… a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredaron las promesas …” Hebreos 6:12
Así que Hermanos, a mantenerse firmes en la fe, creciendo en el conocimiento de Dios. “… Para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento”. Colosenses 2:2-3
Los amo y los abrazo en el amor de Jesucristo. Amen.
Pastor Juan Avellaneda