En las bodas del Cordero

En el pulpito

Sean todos nuestros hermanos y hermanas bienvenidos.

En las bodas del Cordero

"En las bodas del Cordero"

En las bodas del Cordero, ¿Quiénes serán la esposa?

“Gocémonos y alegrémonos y desmole gloria; porque ha llegado las bodas del cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.” Apocalipsis 19:7-8

Vemos, en este pasaje del libro de Apocalipsis, que la escritura dice que el ángel dijo: “Gocémonos y alegrémonos porque han llegado las bodas del cordero.” Hay multitud de cristianos que no saben que habrá bodas en el cielo. ¿Saben cuántos no se preparan para ella? La gran pregunta a esto es: ¿Quién será la esposa del cordero? Hay quienes enseñan que todos seremos la esposa, sin embargo, la biblia  a nosotros no nos enseña eso, porque el ángel dijo:

“Y su esposa se ha preparado”

En el verso 9 de este mismo capítulo de Apocalipsis, el ángel dijo: “Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del cordero”; es, decir que no solamente estará la esposa sino también los convidados.

Hicimos una pregunta, ¿Quién será la esposa del cordero? La biblia habla que Cristo es el segundo Adán y así como Dios preparo esposa para Adán, también la está preparando para su hijo Jesucristo. En el caso de Adán, vemos que después de haber sido formado y estando en el escenario de este mundo, Dios dijo que no era bueno que este solo, entonces le dio una esposa. ¿De dónde saco Dios la esposa para Adán? Todos sabemos que, de su mismo cuerpo, es decir, que Dios formó primero el cuerpo de Adán y de el mismo después sacó a la mujer, (su esposa). Pablo, dice que la iglesia es el cuerpo de Jesucristo y que estamos siendo edificados en él. Los tipos en la Biblia son perfectos y en el caso del Señor Jesucristo, como en el de Adán, Dios de su mismo cuerpo sacará la esposa. Esto se sabrá solo cuando estemos en el tribunal de Cristo.

El ángel dijo: “Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es de las acciones justas de los santos”. ¿Acciones justas de los santos? ¿Qué harán, cuando llegue ese día, aquellos que dicen que son pecadores, que no son santos, ni tampoco justos? ¿Cómo producirán acciones justas delante de Dios?

Como vemos, la iglesia duerme con respecto a estas cosas que la escritura dice que sucederán. Hoy, nosotros al leer, podemos ver que ese día llegará, que la esposa estará lista y también los convidados. Pero el ángel dijo algo, y es que a la esposa se le ha concedido que se vista con una vestidura que produce acciones justas; las cuales los santos, mientras estén en este mundo, con sus actitudes y su conducta, deben producir.

¿En qué lugar de la Biblia se encuentra para el creyente la ropa que produce las acciones justas? Si queremos encontrarla debemos saber que el que tiene la revelación de todas estas cosas, desde que Jesús murió en la cruz, hasta el tribunal de Cristo, es el apóstol Pablo; quien dijo que a Dios le había placido revelar a sus hijos en él. Así que, esa vestidura tiene que estar en algunas de las cartas de Pablo a la iglesia. Nosotros por la gracia de Dios la hemos encontrado en la carta a los Colosenses 3:12-13: “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviera queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”.

Con este pasaje el apóstol Pablo nos muestra cual es la ropa que en nosotros produce acciones justas, la cual será el vestido de la esposa. Pablo dice: “Vestíos como escogidos de Dios santos y amados”

¿Escogidos de Dios? ¿Santos y amados? Como vemos, se relata cual es la vestidura que está en el ropero espiritual de cada uno de nosotros. Comienza con la entrañable misericordia, es decir, una misericordia que sale de las mismas entrañas y que se hace manifiesta en actitud hacia los demás. Cuando una acción injusta de otro merece un juicio de parte nuestro, la misericordia impulsada por la fuerza del amor de Dios, nos lleva a ser semejantes a Él, quien en vez de derramar el juicio sobre nosotros cuando éramos pecadores lo sufrió el mismo en su persona por amor a nosotros.

Así, Pablo sigue relatando y mostrando esta vestidura que nos lleva a producir las acciones justas que serán el vestido de la esposa en el día de la boda, que es el fruto del Espíritu de Dios que está en nosotros.

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; Contra tales cosas no hay ley.” Gálatas 5:22-23 Y termina, el apóstol Pablo, hablando acerca del sobretodo (que cuando alguien lo tiene puesto es lo primero que se ve) mostrando que este es el amor. “Sobre todas estas cosas vestíos de amor que es el vínculo perfecto”.

Como dijimos antes, hay muchos creyentes que no saben que en el cielo habrá bodas y otros, en cambio, que lo han oído o leído no le dan el valor que esto tiene. Sin embargo, el titulo más honorable que un creyente puede recibir es el de ser esposa de Cristo. El diablo ha logrado que la iglesia no ponga sus ojos en este acontecimiento que va a llevarse a cabo y con esto lograra que multitud de creyentes no reciban la corona de justicia.

¿Cómo puede ser que un acontecimiento tan grande y de tanto valor para el creyente, no lo tenga presente como una esperanza bendita? Esperanza, en la cual, con paciencia soporte todas las adversidades que contra él vengan, sabiendo que ese día llegara y que los que hayan vencido serán coronados de gloria, de honra, y manifestados juntamente con Cristo para reinar en esta tierra durante el milenio. “Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.” Colosenses 3:4

Nosotros podemos ver a la iglesia de hoy avocada a la tarea de lograr bendiciones materiales; sin entender que todo lo que logre como hombre en este mundo, en el día de su partida, nada llevara. Viven tan descuidadamente en cuanto a las cosas espirituales que no piensan que vendrá un día, ya sea porque el Señor lo llame a su patria celestial o porque se produzca el arrebatamiento, tendrán que partir de esta tierra e ir al encuentro del Señor y después al tribunal de Cristo (2da Corintios 5:10). Si todos hemos de dar cuenta en el tribunal de Cristo.

¿Cómo no preparamos para ese día? ¿De qué servirán las conquistas de las cosas materiales de este mundo si en nuestra partida nada llevaremos? Pero Pablo dice que tendremos que dar cuenta, ¿Cuenta de qué? ¿De las cosas terrenales o espirituales? Dice el apóstol: “… para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”.

Al tribunal de Cristo no nos presentaremos para juicio, sino para recibir el premio. Como el que se presentara es el hombre espiritual no puede decirse que tenga actitudes malas, sin embargo, esta palabra “malo” significa todo aquello para lo cual fue capacitado por Dios, con respecto al bien y no lo hizo.

El apóstol Juan en su 1 carta Capitulo 2 versos 28 y 29 dice que en ese día muchos se van alejar avergonzados al ver que otros aprovecharon todo lo que Dios le dio por Jesucristo para alcanzar el máximo galardón; mientras que ellos por no haberle dado el valor que esto tiene lo descuidaron y no lo lograron.

Nosotros vemos cuantas doctrinas se han introducido en la iglesia de hoy que no hablan de las riquezas espirituales, pero que los llevan a ir en busca de las terrenales. Como así también, hay doctrinas que enseñan a los que han nacido de nuevo, por la fe en Jesucristo, que necesitan ser libertados de espíritus que no tienen nada que ver con Dios. Esto hace que los cristianos en vez de crecer en el conocimiento del Señor para alcanzar el desarrollo de esta vida que Dios nos ha regalado, se detengan esperando que un día puedan ser libres de todas estas cosas; cuando Dios dice en su palabra que fuimos librados de la potestad de las tinieblas y trasladados al reino de su Amado Hijo, Colosenses 1:13. Por eso el apóstol Pablo enseñó, como así también el Señor Jesús: “…mirad que nadie os engañe”. Colosenses. 2:8.

El creyente no debe creer a ninguna doctrina que no le sea mostrada por medio de la palabra de Dios y que no tenga como propósito llevarlo a desarrollar esta vida maravillosa, que en Cristo Dios le ha regalado, hasta alcanzar así la estatura de la plenitud de Cristo. “Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” Efesios. 4:13

Ahora pensamos: ¿Para qué Dios busca una esposa para Jesucristo? En el caso de Adán Dios dijo: Le hare ayuda idónea. Sin la ayuda de la mujer Adán no podría haber hecho que los hombres se multipliquen. Pero en el caso del Señor Jesús el propósito es diferente, el apóstol Pablo tiene la revelación de esto y nos comunica en 1 Corintios 6:2-3.

Allí Pablo dice, que los santos han de juzgar al mundo; el apóstol Juan en el libro de Apocalipsis 20:4 dice: “Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; Y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años”.

Pablo dice que los santos han de juzgar al mundo y no solamente esto, sino que hemos de juzgar a los ángeles. Juan dice que vio tronos y que en ellos se sentaron los que recibieron facultad para juzgar. La ayuda idónea para Cristo es su Esposa y la capacidad para juzgar la recibió por medio de las acciones justas que mientras estaban en la tierra, en el desarrollo de la vida espiritual, las produjeron, ¿Cómo podrán juzgar al mundo los que disfrutan de él y prestan más atención a todo lo que en el sucede que en la vida espiritual que Dios nos ha dado para llevarnos a ser semejantes a Cristo?

Dios dice que nos escogió antes de la fundación del mundo para que seamos conformados a la imagen de su hijo (Romanos 8:29); los que alcancen esta estatura espiritual son los que recibirán la corona de justicia. La corona, que es símbolo de poder y de justicia, significa que estarán sobre sus cabezas dando testimonio de que por la fe vencieron al mal. Entonces, la corona de justicia es símbolo de poder en contra del mal, de esta manera los que la obtengan estarán capacitados para juzgar al mundo y a los ángeles. El propósito con el cual escribimos esta literatura es despertar en cada uno que la lea, el deseo de buscar a través del conocimiento cual sea la voluntad de Dios, para lo cual nos ha traído y escogido, y lo lleve a servirle a Él con propósito de corazón. “Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro Señor Jesucristo” Tito 2:13.

Las bodas del cordero se llevarán a cabo. ¿Cuál es el lugar que ocupara usted?, ¿El de la esposa? O ¿el de los convidados? Cuando una fiesta de boda termina, los convidados se van cada uno a sus hogares mientras que el esposo lleva a la esposa para vivir con él, en este caso, eternamente. Además, debemos pensar en el reinado del Milenio; porque Cristo reinara y Él dijo que a los que vencieren les dará que rijan las naciones con vara de hierro.  “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi padre” Apocalipsis 2:26-27.

Por esto debemos estar atentos y pedir a Dios que nos ilumine por medio de su Espíritu Santo, para entender porque debemos alcanzar la imagen de Cristo y para que debemos alcanzar el conocimiento pleno. “…y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creo se va renovando hasta el conocimiento pleno” Colosenses 3:10

En el reino del milenio Dios mostrará cuál era su pensamiento en cuanto a la vida y a la conducta que los hombres que el creo, iban a tener. Pero el hombre se rebeló contra Dios y perdió la imagen de Cristo, y se convirtió en un pecador y fue destituido de la gloria de Dios. Pero con la venida de nuestro Señor Jesucristo, Dios por la fe, a los que creen, le da el morir y nacer de nuevo; y este nacimiento es una vida espiritual, que es la misma vida que está en Señor Jesús, la cual al desarrollarse en nosotros nos lleva a ser semejantes a Él, no solamente en conducta sino también en conocimiento. Y se necesitara que los que vayan a reinar con el Señor, conozcan todo en cuanto a la vida que Dios por Jesucristo les ha dado a los que le recibieron. Sin esta estatura espiritual, que es la que lleva a obtener la corona de justicia, no podrán regir las naciones como el Señor dijo que lo harían los que guardando sus obras  lleguen hasta el final.

Dios ilumine la mente y el corazón de todo aquel que lee, y el Espíritu Santo le convenza que este acontecimiento, que es el más glorioso y maravilloso que mente de hombre alguno puede imaginar que exista, va a llegar. Para que así procuren con diligencia desarrollar el amor que Dios derramado en sus corazones por el Espíritu Santo (Romanos 5:5) e impulsados por él lo lleve a estar velando cada día, sirviendo a Dios con alegría, amando a sus hermanos, para que cuando las trompetas suenen y vayan al tribunal de Cristo en busca del premio, no tengan que alejarse avergonzados.

Es mi anhelo, mi deseo y oración a Dios de que Su Espíritu le convenza de esta verdad gloriosa que está en Su Palabra. Amén.

Los amo y los abrazo en el amor de Jesucristo.

Pastor Juan Avellaneda