Sean todos nuestros hermanos y hermanas bienvenidos.
El titulo sobre la cruz estaba escrito
“Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESUS NAZARENO, REY DE LOS JUDIOS. Y muchos de los judíos leyeron este título; porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y el titulo estaba escrito en hebreo, en griego y en latín” San Juan 19:19-20
En este pasaje de la palabra de Dios, vemos que dice que cuando Cristo estaba en la cruz, Pilato escribió este título “JESUS NAZARENO, REY DE LOS JUDIOS” y dice que lo escribió en hebreo, en griego y en latín. Si nosotros miramos esta palabra sin la luz y la revelación del Espíritu Santo, no podríamos llegar a entender el caudal inagotable de las riquezas espirituales que para nosotros hay allí. Primero vemos, que cuando Pilato lo escribió los judíos se enojaron por ello, pero él dijo: “Lo que he escrito, he escrito.”
Nosotros a la luz del Espíritu Santo sabemos que fue Dios quien hizo que Pilato escribiera estas cosas, que están registradas para nosotros hoy. Para llegar a conocer el valor de las riquezas espirituales que aquí hay, tenemos que preguntarnos: ¿Por qué Pilato lo escribió en hebreo, en griego y latín? Para eso, tenemos que ver qué es lo que ofrecían al mundo, en ese tiempo, estas tres naciones.
Primero vemos los hebreos: Ellos tenían al verdadero Dios, tenían la ley, tenían el templo, los ritos de culto y eran los encargados de dar a conocer al mundo la verdadera religión. Los griegos: Con su sabiduría y su filosofía, intentaban enseñar cual era la mejor forma en que el hombre debía vivir. Y vemos a los romanos, que tenían el poder y que ofrecían su justicia (de la cual ellos se jactaban) a este mundo.
Pero Cristo había venido enviado por el Padre, a causa de la condición en que se encontraba el hombre. Desde que Adán peco en el huerto del Edén, el hombre que había sido creado a imagen de Dios y puesto como Señor en la tierra, no perdió tan solo el señorío, sino que también la imagen de Dios, pasando de ser Señor, a esclavo del pecado y de Satanás.
Así que, por más que se esforzaran los hombres para lograr vivir delante de Dios como él demanda, jamás podían llegar a alcanzarlo, porque la imperfección no puede satisfacer a la perfección. Por eso vino Cristo para ofrecerles a los hombres que creen en él, el poder y la autoridad para vivir la vida que agrada a Dios. Pero sucedió algo muy tremendo, los judíos lo odiaron, los griegos se burlaron y los romanos lo crucificaron. Cuando Cristo muere en la cruz queda sellada la suerte de este mundo. Él había venido para dar a conocer al Padre y cuál era su voluntad para con los hombres. Trajo el conocimiento de la verdad, descubriendo el engaño y dándole a los que creían en él, la vida eterna. Pero no lo recibieron y al morir sin pecado venció al mundo, al diablo y a la muerte. Y a partir de su resurrección solamente podían llegar a conocer a Dios, su voluntad y cuál era su propósito, los que mediante Jesucristo se acercaran a él.
Ahora, el plan de Dios para con el hombre no ha cambiado; los judíos, como los griegos y romanos no tenían ya más oportunidad para perfeccionar lo que ellos ofrecían al mundo. Detrás de la cruz estaba la sepultura y Cristo descendió a ella, Dios lo resucito de los muertos y desde entonces no solo son justificados en El todos los que creen y que a través del bautismo mueren y nacen de nuevo, sino que también reciben la misma vida que está en Cristo y a su vez el poder para ser hechos hijos de Dios. “Mas a todos lo que le recibieron a los que creen en su nombre, les dio Potestad de ser hechos hijos de Dios” San Juan 1:12
Al recibir el Espíritu Santo, que salió de Dios, tienen la capacidad para dar a conocer a Dios y a Jesucristo al mundo. A su vez, por el conocimiento de la vida eterna pueden vivir y enseñar a otros, cual es la verdadera forma en cuanto a la vida que agrada a Dios y por haber muerto por la fe y nacido de Dios, están capacitados no tan solo a vivir una vida justa sino a enseñar a otros la justicia de Dios.
“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” 2 Corintios 5:21
Para comprobar esto solamente basta con mirar hacia este mundo y ver lo que sucede. Miremos a Israel, sin templo, ni siquiera pueden ofrecer los sacrificios. Si no conocen a Cristo, no pueden dar a conocer a Dios.
Vemos a los griegos, ¿de qué les valió su filosofía? Los hombres se han convertido en unos degenerados por donde le busque, aborrecedores de Dios, homosexuales, ladrones, borrachos, drogadictos, etc. Mostrando así, aunque tenían conocimiento, no tenían poder para darles a los que eran señalados, la capacidad para que lograran vivir esa vida piadosa. Vemos a Roma, que se jactaba de su justicia (de la cual hasta el día de hoy naciones tienen sus leyes), sin embargo, su justicia quedo desvanecida cuando crucificaron a un inocente: Cristo Jesús.
Ahora miramos, ¿Qué tenemos que ver nosotros, la iglesia, con todo esto? Si en el espíritu nos vamos hacia el Gólgota y miramos a Cristo en la cruz veríamos como a este mundo le quedo su suerte sellada, ya que no pasó la cruz ni tampoco la acepto. Pero Cristo murió, resucitó, ascendió a los cielos y desde allí envió la promesa del Padre, el Espíritu Santo y desde entonces, todos los que le reciben dejan de ser hombres carnales para convertirse en hombres espirituales y pasan a pertenecer al cuerpo de Cristo, es decir la iglesia.
¿Esto qué significa? Que todo lo que Cristo les ofreció a los hebreos, a los griegos y a los romanos para el perfeccionamiento de lo que ellos ofrecían al mundo, ahora se lo dio a su iglesia. Esto es algo que los cristianos de hoy no pueden llegar a entender, sin embargo, es una realidad y somos nosotros ahora los encargados de manifestar ante los ojos de este mundo, lo que los hebreos, griegos y romanos ofrecían en aquel tiempo y no pudieron perfeccionar. Pero a la iglesia le fue dada la autoridad, capacidad, poder y derecho de hacerlo. Por eso el apóstol Pablo dice: “¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? ¿o no sabéis que hemos de juzgar los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida?” 1 Corintios 6:2-3
Aquí podemos ver claramente que hemos de juzgar al mundo y a los ángeles, a causa de esto, es que los que hemos creído debemos buscar esta perfección de vida que Dios nos ha regalado en Cristo Jesús. Él también dice: “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” Efesios 4:22 al 24
En Apocalipsis 20:4 dice: “Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar …”
Entonces podemos ver que hay quienes alcanzaron esta perfección de vida y recibieron la capacidad de sentarse en los tronos para juzgar al mundo y a los ángeles. Esto está escrito y nadie podrá cambiarlo; por lo tanto, debemos apresurarnos y con diligencia buscar en la palabra de Dios, la forma y la manera para llegar a vivir esa vida, la cual nos llevará a alcanzar esta estatura espiritual que Dios ha preparado para los que le aman.
Hoy los cristianos no pueden creer que Dios en Cristo Jesús les haya dado este privilegio tan grande, y viven como si esto no fuera una realidad, pero nosotros vemos que está en su palabra. El apóstol Pablo nos habla de que podemos alcanzar una estatura espiritual semejante a la Cristo. “… Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo …” Efesios 4:13
Ahora miramos, por donde quiera que nos arrimemos en cuanto a la iglesia vemos que los creyentes confiesan ser pecadores. ¿Si los que han creído, después que Cristo murió en la cruz, siguen siendo pecadores, como es que tienen la vida eterna? ¿Un pecador juzgará al mundo y a los ángeles? Si no se libran de la culpa del pecado y no creen que murieron y nacieron de nuevo a través del bautismo: “…Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aun en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucito de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos envida nueva”. Romanos 6:2 al 4
¿Cómo podrán alcanzar el desarrollo de esta vida que Dios nos ha regalado en Cristo Jesús? “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecado, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvo)” Efesios 2:4 y 5
Si nosotros miráramos hacia el mundo cristiano, veríamos que estas cosas no solo no las hablan, sino que no las creen; pero de todas maneras Dios llevara adelante su plan. Él siempre encontrará quienes crean y quieran hacer su voluntad. Para ellos, él tiene una vestidura especial. “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia …” Colosenses 3:12
La iglesia antes de ser arrebatada de esta tierra dará a conocer a este mundo, lo que los hebreos, griegos y romanos no lograron. Dios no solamente manifestará a través del cuerpo de Cristo, la vida que Jesús vivió sino que también traerá el conocimiento a los hombres de ciencia, como fueron creadas todas las cosas que ellos han descubierto que existen, por ejemplo: el átomo, la ley de gravedad, y cuantas otras cosas que los hombres confiesan haber descubierto pero que no las crearon, pero como fue Cristo el que las creo, el mismo a través de su cuerpo, que es la iglesia, las dará a conocer.
Esta escrito que la gloria postrera iba a ser mayor que la primera. “La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera …” Hageo 2:9
En este tiempo se referían a los templos hechos de mano, pero ahora somos nosotros el templo del Espíritu del Señor. “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” 1 Corintios 3:16
Por eso, es que la gloria postrera será siempre mayor que la primera. Esto es algo que la iglesia ignora en este tiempo, y hasta algunos cuando lo oyen no lo creen. Pero nosotros sabemos que los únicos que pueden enseñar y dar a conocer estas cosas al mundo, son los que están en Cristo, es decir, la iglesia y que han alcanzado el conocimiento pleno. “No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creo se va renovando hasta el conocimiento pleno” Colosenses 3:9 y 10
Y esto, es lo que hoy todo creyente debe esforzarse en la gracia de Dios para alcanzarlo antes que el tiempo se acabe. No es tiempo de jugar a la religión, sino de vivir, de experimentar y enseñar; porque llegará el momento en que el tiempo de gracia terminará y la iglesia partirá para las bodas del cordero y lo que aquí, en esta tierra, no hayamos logrado, arriba ya no podremos hacerlo. Por eso, amados hermanos, como el apóstol Pablo nos enseña, debemos andar como sabios redimiendo el tiempo. “Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo” Colosenses 4:5
Porque estamos llegando al final de todas las cosas y los creyentes deben apoderarse de las inescrutables riquezas en gloria que Dios les ha dado en Cristo. “… A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo …” Efesios 3:8
Aprovechando bien el tiempo. “… aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos…” Efesios 5:16
Dios espera que los que han recibido su gracia y la vida de su hijo crean a todo lo que él dice en su palabra.
Al escribir esta literatura, lo hacemos con el deseo más profundo, de que cada hermano y cada hermana que la lea, pueda despertar y comprender el tremendo privilegio que Dios nos ha dado. Lo que los hebreos, los griegos y los romanos no pudieron lograr, a cada uno de los que hemos creído en Cristo nos fue dada la capacidad de vivir y enseñar. Si no es a la luz del Espíritu Santo no se puede conocer el valor de esto, por eso es que tantos creyentes viven como si no fuera una realidad.
Nuestra oración a Dios es que puedan despertar del sueño en que viven y de una vez y para siempre sirvan a Dios con propósito de corazón, llegando a conocer cuál sea su voluntad para con la iglesia en estos días finales. Hermanos, la gracia de Dios es más que suficiente para hacer (si nosotros queremos) que podamos alcanzar todo aquello para lo cual Dios nos ha traído y que desde antes de la fundación del mundo ha preparado. “… Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparo de antemano para que anduviésemos en ella…” Efesios 2:10
Así que amados hermanos, manténganse firmes en la fe, en el conocimiento del Señor, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. “… No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta …” Romanos 12:2
“Y a aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantes de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.” Efesios 3:20 y 21
Los amo y los abrazo en el amor de Jesucristo. Amen.
Pastor Juan Avellaneda