Sean todos nuestros hermanos y hermanas bienvenidos.
El reposo del pueblo de Dios
“Por el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas” Hebreos 4:10
Este es un tiempo muy difícil para la iglesia del Señor, por cuanto la maldad de este mundo avanza a pasos agigantados, las tentaciones se hacen cada vez más fuertes y el diablo ha intensificado su ataque contra esta pobre humanidad y también contra la iglesia. Por eso decimos que es un tiempo peligroso, a pesar de la libertad que tenemos para predicar el evangelio.
El diablo trata por todos los medios de llamar la atención de la iglesia a sus ataques frontales contra ella, y de esta manera, no se dan cuenta como él está logrando que doctrinas vitales y fundamentales de la palabra de Dios sean dejadas de lado y se introduzcan planes y pensamientos carnales, que hacen apartar a los creyentes del corazón de Dios.
El reposo del pueblo de Dios es una doctrina que como vemos está en la palabra de Dios y que hoy está olvidada, al punto que miles han partido de esta tierra, como otros tantos que viven y habiendo creído en el Señor Jesucristo, no saben que hay un reposo para el pueblo de Dios y que deben entrar en él. Cuando el escritor a los Hebreos, comienza esta carta en el capítulo 4, verso 1 en adelante dice: “Temamos, pues, no sea que, permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron” Hebreos 4:1-2
Vemos aquí, como el escritor dice que temamos, porque habiendo un lugar para entrar en el reposo parezca que no lo hayamos alcanzado, porque a nosotros también se nos predicó las buenas nuevas como a ellos. Cuando se dice a “ellos”, se refiere al pueblo de Dios del Antiguo Testamento, que estaba en la puerta para entrar a poseer la tierra que Dios le dio, no entraron porque no creyeron, esto lo dice en el capítulo 3 de esta carta. El pueblo de Israel fue sacado de la esclavitud de Egipto, como a nosotros nos ha sacado de la esclavitud del mundo y del pecado.
Cuando llego a Cades- Barnea para entrar a poseer la tierra que Dios le había prometido a su siervo Abraham, ellos no creyeron y mandaron espías para reconocer la tierra. Allí vieron a los gigantes, a Amalec, al jebaseo y mucho más. Entonces midieron las fuerzas de las naciones que habitaban en aquellas tierras con las suyas, y temieron y no quisieron entrar. Dijeron que si entraban era para que maten a sus mujeres y a sus niños e hicieron desfallecer el corazón de todo el pueblo y desacreditaron la tierra que Dios les daba. Entonces, Dios se enojó con ellos y los mandó de vuelta al desierto y los tuvo allí, hasta que murieron todos los que habían salido de Egipto.
Esto está registrado en los capítulos 13 y 14 del libro de Números. ¿Qué había sucedido? Que ellos no creyeron que Dios les daba aquella tierra porque si hubieran creído, hubieran medido las fuerzas del enemigo con las fuerzas de Dios y no con las de ellos, como está escrito, Dios juro en su ira no entrara en mi reposo. Ahora el escritor a los hebreos nos dice: ¡Que temamos! No vaya a ser cosa de que no creamos y nos suceda lo mismo que a ellos. Porque dice que en cierto lugar está escrito que Dios reposo de sus obras en el séptimo día Hebreos 4:4.
Cuando Dios crea el primer día dice: “… y fue la tarde y la mañana del día primero”; y así llegamos al día sexto y también dice: “… y fue la tarde y la mañana del día sexto” dando así Dios el principio y el final de cada día. Pero en el tercer día Dios reposo de sus obras y no lo cerró. Esto significa, que el reposo de Dios está abierto hasta el día de hoy, como dice Hebreos 4:9.
Entonces dice: “Si oyeras hoy su voz no endurezcáis vuestros corazones”. ¿Qué significa para nosotros entrar en el reposo de Dios? En el verso 10 de este capítulo dice: “… que el que ha entrado en el reposo de Dios, ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas”. Esto es algo que hoy la iglesia no entiende y el diablo está contento, porque de esta manera engaña a los creyentes, haciéndoles creer que no alcanzaran la santificación exigida por Dios.
Entrar en el reposo de Dios es entender que como hombres nuestras obras han cesado; y que ahora es Dios el que comienza su obra en nosotros. Porque hemos muerto a todo lo que éramos y Dios nos ha imputado por medio de su Espíritu Santo, la vida de su Hijo Jesucristo y quiere desarrollarla. Cuando entendemos esta verdad, “… nos entregamos a Él para que el que comenzó la buena obra, la perfeccione para el día de Jesucristo” Filipenses 1:6. Por eso, el escritor la llama “reposo”, porque el que confía en Dios descansa sabiendo que Dios no fallará. Por eso, el apóstol Pablo en Romanos capítulo 12 y verso 1 en adelante, dice: Os ruego hermanos. ¿Por qué dice os ruego hermano? Porque si usted no quiere, no lo hace, pero él dice: “Os ruego, que presentéis vuestro cuerpo en sacrificio vivo al Dios del cielo, que es vuestro culto espiritual” ¿Por qué Pablo dice esto?, porque si hemos muerto a lo que éramos, ya no nos pertenecemos más y debemos entregarnos a Dios para que El termine Su obra con nosotros.
Si alguien quiere ser un mecánico de automóvil, debe ir a un mecánico para que le enseñe; si quiere ser un albañil, tiene que ir a un oficial del mismo oficio para que le enseñe; pero si quiere ser como Cristo debe ir a Dios, Él es el único que, por medio de su Espíritu Santo, puede desarrollar la vida de Su Hijo en los que han creído. Cuantos hay que por no entender esto siguen viviendo la vieja vida, llena de orgullo, de mezquindad, de cuentos, mirando los defectos de los demás y cuantas cosas más, tratando por sus propios medios y con sus esfuerzos, vencer al sistema de este mundo, al diablo y la carne y no lo pueden hacer. Estos no han creído que hay una vida nueva, donde el hombre que ha creído en Cristo, lo puede gobernar la dirección perfecta del Espíritu Santo de Dios.
Dios se enojó con el pueblo de Israel y lo tuvo dando vueltas por cuarenta años. ¿Sabe cuántos hay hoy que, habiendo creído en Cristo, están dando vueltas en el desierto de este mundo? Malhumorados, protestando, quejándose y hasta algunos, ya ni creen que pueden dejar de pecar. Sin embargo, la Biblia nos enseña que, habiendo sido justificados, podemos alcanzar la santificación y dejar de pecar.
Para entrar en el reposo de Dios, Él nos ha dado una muerte y un nuevo nacimiento, por la fe. Esto trae descanso, seguridad, gozo y paz, Así que, amados hermanos, temamos pues. Creamos lo que Dios dice a cerca de nosotros, que hay un reposo, que somos santos, y que Su obra (si nosotros queremos y lo dejamos), va a ser perfeccionada. Porque la regeneración no ha sido confiada al hombre, es la obra de Dios que por medio del Espíritu Santo realizan en todos aquellos que creen.
Mi ruego es al Señor que el espíritu Santo le ilumine de tal manera, que pueda comprender esta verdad gloriosa, que se apodere de esta gran bendición y entre en Su reposo.
Les saludo en el amor de Jesucristo. Amén.
Pastor Juan Avellaneda