Sean todos nuestros hermanos y hermanas bienvenidos.
El camino mas excelente es el amor
“Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como el metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve” 1 Corintios 13:1-3
En este pasaje el apóstol Pablo habla estas palabras después de que en el capítulo 12 viene hablando de los dones espirituales, y también nos muestra los miembros del cuerpo de Cristo, y sus distintas funciones. Llegando al final del discurso de este capítulo 12 el apóstol Pablo dice que Dios puso en la iglesia, y habla acerca de que constituyo apóstoles, maestros, profetas, etc. Entonces nos dice que debemos procurar los dones mejores, ya que todos estos dones espirituales fueron dados para que el cuerpo de Cristo, es decir la iglesia, funcione perfectamente.
Continúa diciendo: “Procurad, pues, los dones mejores. Más yo os muestro un camino aún más excelente”
1 Corintios 12:31
Y comienza hablando, como leemos en los versos 1 y 2, que, si hablásemos lenguas humanas y angélicas y no tenemos amor, nada somos. Y habla que, si tuviésemos fe, y si tuviésemos profecía, si entendiésemos todos los misterios (cosa que se logran a raíz de los dones espirituales), y no tenemos amor, nada somos. Habla de tener profecía; de tener fe, una fe capaz de trasladar los montes; habla de un entendimiento capaz de conocer todos los misterios; dice que, si diese todos sus bienes para dar de comer a los pobres, y aun entregar su cuerpo para ser quemado y no tiene amor, de nada le sirve. Podemos ver que cualquiera que tuviese los dones espirituales y fuese capaz de hablar en lenguas humanas y angelicales; y tuviese fe que trasladase los montes, y ciencia que entendiese todos los misterios, podría sentirse bien satisfecho y tal vez hasta orgulloso de lo que tiene. Sin embargo, el apóstol dice que, si no tiene amor, de nada le sirve. Y esto es a causa de que todo lo que Dios ha creado para beneficio del hombre y por, sobre todo, para lo que hemos creído en Cristo y formamos la iglesia aquí en la tierra, tiene como base su amor.
Pablo da al amor como el camino más excelente.
Esta palabra “Excelente” en el Nuevo Testamento significa: arrojar siempre más allá. Es decir, que cuando parece que hemos alcanzado algo y está perfecto, en la manifestación del amor de Dios siempre se puede hacer mejor y alcanzar una satisfacción mayor. ¿Saben cuántos creyentes ignoran esta verdad gloriosa y maravillosa de la palabra de Dios? ¿Saben cuántos creyentes trabajan para Dios, predican y hacen tantas cosas en servicio para la iglesia y nunca aprendieron a amar? Pablo dice en Efesios 3:19, que “el amor de Cristo”, que nosotros podemos llegar a conocer, “excede a todo conocimiento”. Es decir, que cuando más le conocemos más tenemos para descubrir acerca de él.
¡Qué tremendo cuando leemos! “Si no tengo amor, de nada me sirve”
Si Dios y Cristo hacen todas las cosas por amor y nosotros somos miembros de su cuerpo, ¿Cómo podemos olvidarnos de algo tan importante y valioso, que tiene como base y esencia toda la creación de Dios? Esto no es para leerlo y pasarlo de largo, está escrito para que nos informemos, y así nunca nuestro servicio a Dios sea en vano, ya que, si lo hacemos no teniendo como base el amor de Dios, de nada nos servirá.
Al pensar en esto debemos alegrarnos y gozarnos delante de él, porque, así como leemos:
“Si no tengo amor, de nada me sirve”
También podemos leer en Romanos 5:5 “…el amor de Dios fue derramado en vuestros corazones”
No podemos decir que no tenemos amor, pero si puede suceder que nuestro servicio a Dios no sea por amor. Por eso al leer estas palabras del apóstol Pablo, nos tendría que llevar a reflexionar en ello, y a tener una estricta vigilancia para con nosotros mismos, asegurándonos de que todo lo que hacemos, lo hacemos por amor a aquel que nos amó primero. Escribimos esta literatura con el sano propósito de llegar a despertar a muchos que duermen, y no entienden que el servicio sin amor nunca llegara al final. Podemos ver en la realidad cuantos creyentes por día abandonan sus puestos de trabajo en la obra del Señor, muchas veces por cosas insignificantes, pero como el servicio no es por amor a Dios y a los escogidos, les da lo mismo dejarlo sin importarles las consecuencias que puedan traer aparejadas a aquello que estaban recibiendo, a causa de su dolor, bendiciones para sus vidas.
Pero; ¡Gloria a Dios!, que, si reflexionamos en estas cosas y meditamos en ellas, aunque aquí no hayamos tenido en cuenta esto tan valioso y tan importante en cuanto al servicio a Dios, el conocer que su amor esta derramado en nuestros corazones, nos tiene que llevar a un cambio de actitud en cuanto al servicio que podemos ofrecer como miembros del cuerpo de Cristo en beneficios de otros.
La falta de amor en el servicio lleva a muchos creyentes a convertirse en orgullosos, debido a que los privilegios espirituales llegan a producir a los que no han desarrollado el amor de Dios en sus vidas, el sentirse superiores a otros. Por eso es que el apóstol Pablo nos dice que, si no tenemos amor, nada de lo que hagamos nos va a traer un beneficio.
Así que, amados hermanos, debemos estar atentos, creciendo en el conocimiento del Señor, buscando cual sea el verdadero propósito de Dios para con nuestras vidas, y pidiendo siempre en oración al Señor que él nos guie en todo su plan, el cual desde antes de la fundación del mundo preparó para que anduviésemos en él.
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparo de ante mano para que anduviésemos en ellas” Efesios 2:10
Pablo les llama ‘las buenas obras’: Por lo tanto, debemos buscar con diligencia que nuestro servicio a Dios sea dirigido por su Espíritu Santo, y aprender que la guía del Señor para el servicio muchas veces nos llevará a hacer cosas en beneficios de los demás, que tal vez a nosotros por nuestros medios, jamás se nos hubiese ocurrido hacer. Pero como estamos viviendo los días finales y la maldad sigue creciendo en este mundo, vamos a necesitar desarrollar este amor que está en nosotros, para que impulsado por él no nos cansemos de hacer el bien, aunque por ello recibamos males. Debemos siempre pensar en nuestro servicio a Dios, que todo lo que hagamos siempre sea en beneficio de otro, así llegaremos a entender el sacrificio de Cristo que se llevó a cabo en la cruz por todos nosotros. Su sufrimiento trajo como resultado no solamente la salvación, sino también la exaltación a la cual Dios en Cristo nos ha llevado, ya que al darnos su vida con todas sus virtudes y con su gracia abundante, nos capacita para vivirla, conocerla y enseñarla también a otros. Nosotros no podemos decir que no tenemos amor; si estamos atentos, nunca diremos que nuestro trabajo de nada nos sirvió.
Hemos estado hablando mucho acerca del amor, tratando de que todo aquel que lea esta literatura, medite en ello para que su labor en la iglesia tenga su recompensa en el tribunal de Cristo: “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo” 2 Corintios 5:10
Ahora bien, todas estas cosas las sabemos, pero no todos conocen lo que es el amor. En el capítulo 4, verso 8 de 1 de Juan, se nos trae la revelación de que “Dios es amor” y nos maravillamos al pensar en esto, al saber que “Dios es amor”. Pero el apóstol Pablo en este capítulo 13 de 1 de Corintios y desde el verso 4 nos trae el conocimiento, la revelación más elevada en cuanto a lo que es el amor. El comienza así esta definición: “Él es amor”.
Él nos asegura que lo que vamos a leer, es la verdadera definición en cuanto al verdadero amor, y a causa de esto, nos llevara a entender la forma de actuar de Dios y de Cristo en beneficio de los demás; porque nadie, más que ellos, han padecido para que el hombre recupere la imagen de Dios. Él dice “El amor es sufrido”. Esto es el paciente sobrellevar del mal. Es decir que, a pesar de todas las adversidades, de todos los desprecios, y de todas las actitudes malas que puedan tener aquellos a quienes por amor le hacen el bien, el paciente sobrellevar del mal, nos capacita para nunca dejar de hacerlo y buscar siempre el beneficio del otro. Sabemos que el ejemplo lo tenemos en Dios, en Cristo y en todos aquellos que siguieron su ejemplo, los cuales a través de la biblia y de la historia, están registrados para enseñarnos a nosotros; esta capacidad solamente el amor la tiene y es el arma más poderosa que existe en el universo, ya que Cristo por amor lo venció todo y nosotros debemos armarnos de este mismo pensamiento. Así que, una de las virtudes del amor es el ser sufrido.
Pablo sigue: “Es benigno”. Es decir, que las buenas actitudes que tenemos para con los demás, nos llevan a sentir placer al hacerla. Continua, “No tiene envidia”. Esta actúa a causa del celo y nos lleva a tener actitudes que siempre resultan en perjuicio para otros, pero Pablo dice: “El amor no tiene envidia”, es decir, que los que aprendieron a amar no conocen la envidia. “No es jactancioso”. La jactancia es algo malo que lleva al hombre a exhibir sus virtudes o cualidades, menospreciando siempre a los demás; pero el amor no conoce esto. Pablo dice: “No es jactancioso”; “No se envanece” continua. Cuantos hombres se envanecen y se hacen orgullosos, esto los lleva siempre a actuar con desprecio hacia los demás.
Pablo dice que el amor no conoce esto, por lo tanto, no se envanece. Entonces miremos: sufrido, benigno, sin envidia, no jactancioso, sin envanecerse, estas virtudes, que son del verdadero amor de Dios y que están en nosotros; en su desarrollo: ¿A qué experiencia nos llevarían? Cuantos cristianos partieron de esta tierra sin jamás siquiera haber conocido que podían alcanzarlos. Pero la escritura se abre ante nuestros ojos hoy y la revelación, por medio del Espíritu Santo, nos trae al conocimiento de que el amor de Dios está en nosotros y podemos experimentarlo.
Maravilloso Dios que, a través de Jesucristo, nos ha iluminado por su espíritu, para entender la capacidad, que en la vida que hemos recibido, nos ha dado para disfrutar de este amor para con los demás.
Pablo dice que: “No hace nada indebido”. Así es Dios, no hace nada que este fuera de lugar y que no tenga un buen propósito para con los demás. Si nosotros miramos a Cristo, podíamos tomarlo como ejemplo de todas estas cosas. Pero como no tenemos duda de lo que es en toda su perfección, es que venimos en busca de lograr nosotros alcanzar esta estatura espiritual. Tenemos la necesidad de lograrlo para que así nuestras vidas sean semejantes a él, como dice Romanos 8:29: “Porque a los que antes conoció, también los predestino para que fuesen hechos conforme a la imagen de su hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos”.
Que tremendo seria para nosotros tener la seguridad que nuestra actitud hacia Dios y hacia los demás, en todo lo que hagamos, sea correcta. La experiencia de este amor nos lleva a tener esta seguridad, ya que el amor no hace nada indebido. “No busca lo suyo”
Pablo nos dice en 1 Corintios 10:24 “Ninguno busque su propio bien, sino el del otro” Sin el conocimiento del amor de Dios, esto nunca podríamos lograrlo, pero aquí vemos que el amor nunca busca lo suyo, es por eso que siempre nos impulsará a buscar el bien del otro.
“No se irrita” Es decir, que no hace nada que pueda provocar en los demás algo que este fuera de lugar o lo haga exasperarse. “No guarda rencor” Esta virtud del amor nos llevara a no guardar dentro nuestro, sentimientos de amargura, en contra de los demás.
¿Cuánta gente no puede ser feliz a causa de esto? ¿Cuánta gente, y aun cuantos cristianos, sufren a causa del rencor (por una mala actitud que alguna vez alguien les causo, la cual lo llevo a sufrir) y nunca logran separase de ello?
Pero Pablo dice: “El amor no guarda rencor” es decir, que quien aprende a amar, estas cosas jamás volverán a experimentarla.
“No se goza de la injusticia” Esto significa que el amor ve a la injusticia como algo que actúa en oposición a todo lo que él siente hacia los demás; por lo tanto; no se goza con ella, sino que se goza con la verdad.
“Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” Es decir que no hay una sola cosa, que en adversidad se levante o se manifieste en contra del amor, que pueda lograr qué este pierda su verdadera esencia. No hay situación que del mundo exterior pueda venir en contra de aquel que posee este amor y lo haga claudicar en su intento de seguir actuando en beneficio aun de aquellos que lo rechazan, lo desprecian, y que no aceptan lo que le ofrecen.
Ahora, aquí esta lo más importante, lo que nos tiene que llenar de gozo, lo que nos tiene que elevar en el espíritu, y llevarnos a una adoración a Dios y a nuestro Señor Jesucristo, y es la luz de esta palabra, que nos asegura que, “El amor nunca deja de ser” Es decir, que nada de lo que pueda ocurrir en contra nuestra, de la índole que sea, provoque tristeza o dolor; llanto o sufrimiento; nada, absolutamente nada lograra que el amor deje de ser.
Así es Dios, así es Cristo y así tenemos que ser todos los que en el hemos creído. Esta es la vida que hemos recibido, la misma vida que está en Dios y que Cristo manifestó en la tierra, la cual, ahora como miembro de su cuerpo, también nosotros debemos manifestar. Miramos hacia la iglesia y pensamos: ¿Por qué algo tan valioso y precioso que lleva el hombre que ha creído en Cristo a ser semejante a él en todas sus virtudes, lo han dejado de lado? Ni siquiera hablan de ello. Aun vemos cuantos creyentes acuden a falsos maestros para obtener una liberación, y no conocen la exaltación a la cual Dios los ha llevado, a causa de haber muerto y nacido de nuevo. La liberación. ¿A quién se la hacen? ¿Al que murió o al que nació de nuevo?
Dios dice: El hombre viejo, murió. ¿Qué liberación le harán a un muerto? El hombre nuevo, el cual somos, es nacido según Dios, y en él se encuentra este amor del cual hablamos. ¿Quién le hará liberación a él? Entonces, podemos ver que a causa del desconocimiento de quienes son los creyentes hoy, es, que no han podido apoderarse de esto tan valioso, tan glorioso y tan exaltado que Dios nos ha dado. Ojalá que esta literatura despierte a muchos que están dormidos, y los lleve a indagar, en esta bendita y Santa Palabra, todas estas cosas que hemos estado hablando.
El amor es la esencia de todo el bien. Cristo por amor lo ha vencido todo. Nosotros debemos alegrarnos delante de él, por ser participantes (como miembros de su cuerpo), de todas estas cosas, que si se convierten en una realidad en nosotros nos llevara a obtener la corona de justicia y así ser La Esposa del Cordero, para luego reinar con él en el milenio.
Amados hermanos, ¿Saben por qué Dios es justo? Si alguien le preguntaría, ¿Qué le respondería? Justamente hemos estado hablando de lo que es el amor, por eso es que muchos no pueden entender porque Dios actúa de la manera que lo hace, y es a causa de que no piensan cual es la esencia de la vida de Dios. Dios es justo, porque él es amor y el amor no puede cometer ninguna injusticia ni se goza con ella como hemos visto.
Por lo tanto, si la esencia de Dios es amor, lo lleva actuar siempre con justicia, por eso es que Dios es justo y su justicia lleva a castigar todo aquello que se opone a lo bueno, glorioso y maravilloso que Él ha preparado para el hombre.
Mi ruego al Señor es que esta palabra sea de bendición para todo el que la lee, como ha sido y es para mí.
Los amo y los abrazo en el amor de Jesucristo.
Pastor Juan Avellaneda